¡No hay forma
de entenderte!, estoy contigo y no te gusta, me rio de ti y te molesta, no digo
nada y me ignoras, busco estar solo y me extrañas, no me extrañas y no me
importa ¿qué nos pasa?
-No lo sé, es que me molesta no creer
-¿Qué no crees? Acaso, ¿te doy motivos
para dudar?
-¡Claro que no! Solo que a veces pienso que no te merezco
-Aaaa es eso ¡te gusta alguien más!
-¡Nooo! Yo te amo, pero me cuesta confiar en mí
-¿En ti o en mí?
-En los dos. Mira, en este momento no
se lo que quiero.
Después de
eso, decidí quedarme callado, coger mi bolso y seguir mi camino.
Iba tarde
para clase de taller y tenía entrega de un afiche el cual la profe nos había
puesto a realizar para un evento de San Valentín criollo. Con el dolor
casi físico sentía que todos miraban a
ver que me pasaba, no levante la mirada. Pedí un tinto y media cajetilla de
cigarrillos, me senté en un kiosco a mirar la gente y pensar en ella.
Llegué a
clase de métodos, recuerdo sentarme en la última silla para no ser molestado, pensé que era absurdo todo lo que había llegado a sentir, ciertamente fue un
momento pos-dramático en mi vida y no entendía cuál era el sentido de lo
que pasaba, pero no podía ocultar lo que
sentía. Miré fijamente por la ventana y noté que las flores de un árbol de
guayacán caían, una a una el viento se encargaba de hacerlas caer. Todo cumple
un ciclo pensé, es necesario morir; todos los días las 24 horas del día hay
personas que mueren, familias que mueren, empresas que mueren, flores que
mueren o que bien que caen de un árbol, cortando la relación con quien
pasaron tanto tiempo y lo acepto, esta vez fue mi turno de morir y caer de aquel árbol amarillo.
-Santiago ¿qué te pasa?
Volteé a ver
y como si tuviera el poder de controlar el tiempo, la bese y le dije:
-Solo me distraje viendo pelear un par
de novios bajo el árbol en el que nos conocimos.
-¿crees que ellos piensen en el
futuro?
-¡No¡ nadie piensa en el futuro hoy en
día y solo se preocupan por el ahora
-¿crees que pensamos mucho en nuestro
futuro?
Santiago y
Salome, ¿pueden contarle al grupo de lo que hablan?, puede que a ellos les
interese más su historia que el contenido de clase
-Claro profesor, hablábamos de nuestro
futuro que está atravesado por nuestro presente, eso incluye esta clase y esta
conversación.
Creo que si
su futuro es tan importante podrían hablarlo fuera del salón.
-Claro que no profe, afuera no
tendríamos el mismo punto de vista que nos brinda aquel guayacán que sobresale
en la ventana
Bueno, y ¿por qué no bajan a él?
-Gracias profe, pero creo que aún no
es tiempo de cerrar el ciclo
- ¿De qué ciclo hablas Santiago?
Bueno ya
basta, no más de tus absurdos comentarios, es increíble que tenga que parar la
clase para que ustedes dos arreglen sus problemas conyugales
-Santiago, necesito que hablemos de
esto ahora
-ok, bajemos al árbol si es lo que
quieres.
Salimos del
salón y no cruzamos mirada, no hubo besos, no hubo caricias y rápidamente sentí
como me desprendía del árbol, solo quise pensar las cosas buenas que traería
morir:
·
luego
de muerto el cuerpo fertiliza la tierra
·
las
flores sirven de refugio a los insectos
·
los
perros pueden hacer sus necesidades en un jardín con decoración floral en
primavera
Que absurdo
me sentía.
Estábamos ya ahí,
sentía una fuerte corriente de lívido llenando el lugar, era como si me
deleitara con lo que acontecía, pero, ella hablo.
- Santiago, no quiero que tú lo hagas y
por eso tomare la iniciativa
Conque
así se siente desprenderse de quien te
dio vida dentro de tu vida, pensé y luego dije con una vos un poco pasiva y
alegre.
-Hoy este árbol ha sido testigo de más
muertes que los tenderos de la comuna 13. Yo solo espero estar acá parado el
día en que mi viejo amigo florezca de nuevo.